Capitulo 3

Y aquí tenéis el capítulo 3! Como prometimos, es un poquito mas largo. Esperamos que os guste ;)


La caída fue bastante estrepitosa, pero Maya no tuvo tiempo de quejarse mucho más, porque un enorme pájaro descendió desde el cielo hasta posarse junto a ella. La enorme criatura se abalanzó sobre Maya, que trató de esquivar hacia un lado. En un nuevo intento de arremeter contra ella, el pájaro consiguió tirarla al suelo, dejándola totalmente indefensa. En un tercer ataque contra ella, la criatura le alcanzó con las garras en el brazo, mientras un agudo dolor la inundaba y de su brazo brotaba abundante sangre. Cuando pensaba que iba a acabar con ella, algo saltó encima de la enorme bestia con una embestida feroz que la consiguió derribar. La chica no pudo ver mucho más, porque cayó rendida sobre el suelo rojizo, arenoso, sobre el que se formó una enorme nube de polvo que la obligó a cerrar los ojos, hasta quedar profundamente dormida, exhausta.

Maya se despertó al oír el crepitante sonido de las llamas. Lo primero que llamó su atención fue una sombra recortada contra la pared, con la mirada fija en la hoguera, como si estuviese ausente. La chica intentó fijarse mejor,  pero no pudo forzar mucho la vista, aún estaba agotada por la tremenda pelea y el brazo le dolía horriblemente, aunque sí consiguió distinguir una melena rubia un tanto alborotada.

La figura se giró hacia ella, sobresaltándola, y unos ojos de un verde tan intenso que hacían daño a la vista se clavaron en ella. Se acercó a paso lento, y la chica hizo un esfuerzo por levantarse y salir corriendo, pero estaba paralizada por el miedo que sentía en ese momento. El chico se sentó cerca de ella, y así se mantuvieron durante unos minutos, que ha Maya se le hicieron eternos.

El chico la observaba con una mezcla de curiosidad y temor, aunque su voz sonó totalmente neutra cuando pronunció unas palabras en un extraño idioma que Maya no conseguía asociar a ninguna otra lengua que hubiera escuchado antes.

El joven se dió cuenta, y le entregó algo envuelto en una tela vieja. Maya lo desenvolvió, y encontró en su interior un pequeño anillo de tonos azulados y cambiantes, que parecía encerrar en sí mismo todo un océano repleto de vida. Maya se lo puso, sorprendida de este regalo, y de nuevo la sobresaltó la voz del chico, que esta vez comprendió a la perfección.

- Puedes quedártelo, parece que no entiendes bien mi idioma...

- Oh, vaya, pues... gracias. Por cierto, ¿has sido tú el que me ha ayudado con ese bicho volador? Supongo que te debo una...

-No lo he hecho por ti, es simplemente que no me gusta hacerle favores a esos pajarracos devora personas... - le interrumpió, sin mucho interés.

- ¿Podría al menos saber tu nombre, o tampoco vas a hacer eso por mi?- preguntó la chica, irritada.

-Soy Will, Principe de Nabhún, heredero de todo este imperio-dijo el chico con una sonrisa de medio lado un tanto forzada- o al menos, lo era...

-¿Lo eras?- le preguntó Maya, un tanto extrañada.  

-Si, lo era... Pero, ¿y tú?-la miró intrigado- ¿se puede saber quien eres? - imploró, cambiando de tema.

- Soy Maya-dijo la chica secamente.

- ¿Y se puede saber que intentabas? Si no hubiese estado cerca, ese shajar te hubiera matado... - la reprendió.

-¡No ha sido mi culpa! -estalló Maya,- no sé qué ha pasado, estaba con mis amigos en el parque, y de repente... - no pudo terminar la frase, porque dos lágrimas brotaron de sus ojos y rodaron por sus mejillas, hasta caer al suelo.

Sin darse cuenta, Maya se había levantado, y se hallaba justo delante de Will, que la observaba en silencio. Will se acercó a ella, y tras unos instantes pensativo, decidió que la chica podría quedarse con él, al menos hasta que supiera cómo devolverla a su hogar. Se quedó mirando la herida de Maya, tenía mala pinta...  Maya se dio cuenta de hacia dónde miraba el chico, que se apresuró a desinfectarle y vendarle la herida con sumo cuidado. Cuando hubo terminado, Maya levantó la vista, y se dio cuenta de que Will ya la estaba mirando. Justo en ese instante, sus ojos se encontraron.