Erik había desaparecido ante sus ojos. Simplemente se había esfumado, ya no había nada bajo la puerta, en el lugar que instantes antes había ocupado el joven.
-Por si os quedaba alguna duda acerca de la veracidad del portal, aquí tenéis vuestra prueba. Es mejor que crucemos rápido, no quiero dejar a Erik mucho rato solo en Clanderdon. -Will parecía impaciente, y los apremió con un gesto de su mano.
Uno a uno fueron cruzando el gran arco, cada uno sumido en sus propios pensamientos.
Finalmente quedaron Maya y Will, que cerraban la comitiva. Antes de adentrarse en el portal, Maya se giró hacia el joven.
-¿Qué vamos a encontrar en Clanderdon? ¿Cómo es ese lugar?
Will le dedicó una leve sonrisa mientras la observaba con aire pensativo. Parecía preocupado por algo.
-Es una sorpresa, pero estoy seguro de que te gustará. En él se refleja todo Nabhún, así que mantén los ojos bien abiertos.
Con un montón de preguntas aún sin contestar, la joven desapareció tras el arco.
Will cerró los ojos. Sabía el riesgo que corría entrando en Clanderdon, pero sin él no podían continuar, esos chicos lo necesitaban realmente. Tomó aire intentando insuflarse algo de valor, observó por última vez el enorme desierto que no parecía tener fin, y entró.
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