miércoles, 15 de mayo de 2013

Capítulo 7


Pues ya estoy aquí nabhunianos! Como expliqué en la entrada anterior, hemos tenido muchos examenes, trabajos y demás en clase, por lo que nos ha costado un poco continuar con Nabhún. Además, he tenido que arreglar YO este capítulo, que precisamente tenia que ser más romántico, lo cual ha necesitado mas tiempo, ya que no se me da nada bien (gracias Jesús por ayudarme). El caso es que ya lo tenéis, y os dejo tranquilos para que lo leáis! Un beso enorme! :)


Los días pasaban muy lentamente, Erik y Will parecían no poder despertar, como si se encontraran sumidos en un profundo sueño. Aún así, Maya y Lucía se afanaban en su tarea, cuidandolos con suma delicadeza y cariño. Tampoco podían contar con la ayuda de Mario, que pasaba el día haciéndole compañía a Susana en el pequeño lago, ya que ella no podía moverse de allí. Le llevaba comida varias veces al día, la entretenía con todo lo que se le ocurría, y hacía todo lo posible para que ella no pensara en su actual condición.

Will se despertó, parpadeó un par de veces hasta conseguir abrir los ojos completamente y fue en ese momento cuando percibió una sombra recortada por la luz del amanecer, recostada sobre el alféizar de la ventana, que cantaba  distraídamente una canción sin significado aparente. Era un idioma suave, sobre el que fluían las palabras como un tranquilo manantial acariciando las piedras desgastadas por el paso del agua, pero esa lengua seguía siendo desconocida para él. La voz era realmente hermosa, cautivadora, y al incorporarse se encontró con los ojos de Maya que lo miraban con un brillo esperanzado.

-¿Que ha pasado? -dijo Will un poco aturdido mientras Maya bajaba con agilidad del alféizar y se sentaba a su lado.
- Pues que tú y el listo de mi hermano tuvisteis una pelea hace varias semanas y Mario, un amigo, os tuvo que dormir para que no os matáseis el uno al otro.
-Eso explica por qué siento el cuerpo entumecido... Espera, ¿has dicho tu hermano?
-Si, el chico contra el que luchaste el otro día es mi hermano -dijo Maya poniéndole un paño mojado en la frente mientras intentaba tumbarlo de nuevo- tienes fiebre...
-Seguro que no es para tanto... -dijo Will incorporándose pese a los intentos de Maya de recostarlo- tengo que ir a pedirle disculpas a tu hermano, no me comporté como es debido.
Los labios de Maya se crisparon en una tenue sonrisa, se giró un poco más hacia su derecha, desde donde Will la observaba e intentó acercarse a él en un amago de abrazarle, pero al acordarse de que el joven tenía un brazo herido se retiró. Will se dió cuenta, la rodeó por los hombros y la atrajo hacía sí; ya que no le importaba el hecho de que tuviera un brazo herido o roto, para él le bastaba con que Maya estuviera a su lado, por ahora.

Erik por su parte, cuando se despertó, vislumbró una figura con unos resplandecientes ojos  celestes y el cabello negro, que le hacía cosquillas en el rostro. Estaba apoyado en el regazo de Lucía, que miraba distraída por una de las ventanas. Se dió cuenta de que Lucía ya no era la misma, sino que ahora era otro ser... un hada para ser más exactos.
-¿Lucía, eres tu? ¿Estoy soñando?
- No tonto, esto no es ningún sueño y sí soy yo. Sé que estoy un poco cambiada..
-Y más guapa aún.. te sienta bien ese tono de piel y ese vestido -dijo el chico incorporándose para mirarla mejor y sonriendo de forma desentendida.
-Gra... gracias -dijo Lucía tartamudeando y bajando la cabeza totalmente sonrojada.
Erik la cogió por la barbilla y le hizo levantar la cabeza para mirar esos ojos celestes que inspiraban una paz y tranquilidad inimaginables.
-Sí, son tan bonitos como los recordaba -de nuevo esa sonrisa que haría desmayarse a cualquier chica.     
-¿El qué?
- Tú -dijo Erik en un susurro acercándose cada vez más a la chica.

1 comentario:

  1. Me encanta es tan AKDJCNHDNSJDH entiendes? Y mira que es raro que tu hayas escrito algo romántico.Menos mal que hay gente que te haya ayudado.Ya te contare porque no podía. Te ha quedado genial. Teteroo:)

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